Hoy te voy a presentar una de las verduras más representativas de este grupo de alimentos. Quizá, para algunos sea poco divertida, pero es un alimento muy nutritivo. Vamos a conocer las propiedades de la acelga.
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Historia y origen de la acelga.
La acelga o Beta vulgaris, a diferencia de las verduras y hortalizas de las que ya hemos hablado, no es habitual de las subastas agrícolas de Almería. Pero es cierto que muchos agricultores las cultivan en pequeños terrenos para su uso particular.
La acelga procede de Europa meridional y actualmente se cultiva en todas las zonas templadas del mundo. Podemos considerarla además de la misma familia que las espinacas. Por tanto, ambas tienen propiedades muy similares.
Se trata también, de una verdura de sabor agradable, azucarado y con algunas partes levemente amargas, sobre todo, la penca si está muy crecida. En cambio, si se recolecta más pequeña se puede consumir incluso cruda. En la cocina, es habitual su uso cocida, al vapor, en pucheros, revueltos o ensaladas.
Composición de la acelga.
En cuanto a su composición, la acelga es una verdura con alto contenido en agua, alrededor de un 48%. Además, contiene un 45% en hidratos de carbono, de los que gran parte son fibra.
En cuanto a vitaminas, la acelga contiene una cantidad enorme de vitamina A y algo menos en vitamina C.
Por el lado de los minerales, destaca su alto contenido en sodio. No conviene olvidar que también contiene otros minerales como calcio, magnesio, potasio o fósforo. Es bueno recordar en este punto, que las hojas de color verde más oscuro de esta verdura son las de mayor riqueza en vitaminas y carotenos.
Propiedades de la acelga.
Por último, hay que tener en cuenta que su jugo contiene una alta cantidad de azúcares y ácidos orgánicos. Además, uno de sus principios activos es la betaína, el cual transforma los triglicéridos en lipoproteínas.
Con todos los beneficios que nos aporta la acelga, ¿a quién no le apetece cocinar con ella ya?