Se acerca la Semana Santa y quiero enseñarte nuestra receta de estas Rosquillas de anís. Seguro que todos conocéis este plato tan típico de la gastronomía española, pero yo quiero mostrarte cómo lo cocinamos en casa. Ya verás que no es un plato complicado, pero hay que seguir unos sencillos pasos.
¿Empezamos?
Ingredientes.
– 3 huevos grandes
– 1 yema de huevo
– 500 g de harina tamizada
– 125 g de mantequilla sin sal
– 5 g de esencia de anís
– 2/3 de levadura química de repostería (tipo Royal)
– Ralladura de 1/2 naranja (limón en su defecto)
– 175 g de azúcar blanco
– Aceite de girasol para freír
Antes de ponernos con la elaboración de las rosquillas de anís, disponemos todos los ingredientes y utensilios que usaremos.
Elaboración de las Rosquillas de anís.
Lo más esencial de esta receta es la masa de los roscos, así que nos pondremos a ello. Mezclamos los huevos, la yema y el azúcar a velocidad alta con el amasador de la batidora (velocidad 6 Kitchen Aid; también lo puedes hacer a mano). Después, bajamos la velocidad y vamos incorporando el resto de ingredientes poco a poco, hasta que consigamos una masa homogénea.
Luego, ponemos la masa de las rosquillas de anís sobre una superficie plana y amasamos ligeramente formando una bola. La cubrimos con papel transparente y la metemos en el frigorífico un rato. Nosotros normalmente la dejamos 1 hora, pero este paso no es obligatorio, lo hacemos para que se asiente más.
Luego, ponemos una olla o sartén al fuego con el aceite a calentar y un recipiente con el azúcar. A continuación, sacamos la masa del frigo, vamos cortando pequeños trozos a nuestro gusto de tamaño y les damos forma redonda; el agujero central de las rosquillas de anís lo podemos hacer con el dedo. Si la masa estuviese muy pegajosa, puedes ponerte un poco de harina en las manos o en la bola.
Cuando el aceite esté caliente, freímos las rosquillas de anís a fuego medio-alto. Cuando oscurezcan, las retiramos y las pasamos un momento (no más de 5 segundos) por papel de cocina para que absorva el exceso de aceite. Rápidamente las pasamos por el azúcar para que queden bien impregnadas.
Esperamos pacientemente a que se enfríen los roscos para poder hincarles el diente. 😀 Puedes comértelas a cualquier hora del día, desayuno, café o merienda, siempre encajan bien.
Así terminamos una de las recetas más clásicas de los hogares españoles. Las rosquillas de anís o roscos (en el sur) son un plato muy típico de la Semana Santa, pero como casi todo, puedes cocinarlas cuando te apetezca. ¿Me cuentas qué te parece esta receta?
PD: Cuidaos mucho estos días, por favor.