Hace unos días fue mi cumpleaños y nos pareció un gran momento para realizar una de nuestras visitas más esperadas de los últimos tiempos. Se trata del restaurante Sheiko Eibar, un nuevo local de cocina fusión asiático-española que aporta un soplo de aire fresco a la restauración de la zona.
¡Y nosotros tan contentos de que así sea!
Eran las 13:30 horas de un viernes gris de noviembre. Acudimos puntuales a nuestra reserva en el primer turno de comidas. Somos los primeros en llegar, por lo que podemos observar tranquilamente el entorno. Al entrar comprendemos perfectamente lo que es Sheiko Eibar, un espacio minimalista no especialmente grande, en el que todo está pensado para que el comensal se relaje y disfrute de la experiencia.
Para el que no lo conozca, el restaurante pertenece al proyecto Sushi Gallery, una iniciativa de unos jóvenes emprendedores de Durango, que comenzaron con una minitienda de comida asiática después del verano de 2015. A esta tienda se le sumó algún tiempo después el restaurante Iruko de Durango y, por último, este mismo año, Sheiko.
Los artífices de este proyecto ya conocen a la perfección lo que es tener éxito, tanto con Iruko como con la versión Take Away de Sushi Gallery. Tiene muy buena pinta, aunque aún es pronto para saber si el nuevo miembro de la familia conseguirá ir por el mismo camino.
Qué nos ofrece la experiencia en Sheiko Eibar.
Si te gustan los espacios sencillos, en Sheiko te encontrarás como pez en el agua. Decoración simple, sin nada que sobrecargue el entorno y principalmente en tonos blancos, grises o crema. Me recordó mucho a algunos locales por los que pasé en mi viaje a Japón de hace unos años.
Tras recibirnos y guiarnos hasta nuestra mesa, nos explican cómo funciona la experiencia Sheiko. Básicamente hay dos opciones: dejarse llevar y que los profesionales te elaboren un menú acorde a tus gustos/necesidades; o elegir a tu antojo algunos de sus platos de la carta.
Queríamos saber cómo se desenvuelve el personal del restaurante, por lo que nosotros nos decantamos por la primera opción. Después, tras charlar sobre nuestras preferencias, nos estudiamos la carta de vinos.
No es una carta con muchas referencias, pero todas son muy amigables con el estilo de cocina que se practica en Sheiko Eibar. Dos espumosos (Cava y Champagne), un rosado de Ribera del Duero, cinco blancos (Pfalz, Valdeorras, Rias Baixas, Rueda, Bizkaiko Txakolina) y cuatro tintos (Bierzo, Navarra y dos de Rioja). Más que suficiente para disfrutar de varias visitas a este restaurante.
Composición de nuestro menú.
Antes de desgranar el paso a paso de nuestro menú, te anticipo que nos encantó. Fueron seis pases en total, sin postre, más café y vino. Menú muy bien ejecutado y con unos tiempos entre plato y plato perfectos. Puntos muy importantes en cualquier restaurante, aunque es cierto que solo había ocupadas tres mesas más. Habría que ver cómo funciona con todo ocupado.
Empezamos con Niketa, unas estupendas croquetas de txangurro con un toque de atún. A continuación, unas ostras de gran tamaño con salsa ponzu (quizá lo más flojo de nuestro menú). El último de estos tres platos fue un delicioso tartar de atún balfegó con yema de huevo de codorniz y bolitas de trufa. Sublime.
Los tres últimos platos fueron exquisitos. Desde la sorprendente explosión de sabores del ajoblanco con chicharro hasta la increíble panceta cocinada a baja temperatura del final, que se deshacía en la boca. Podíamos haber terminado nuestro almuerzo con los nigiris (mención especial a los de pez mantequilla y de vieira) y los rolls, pero decidimos probar otro bocado más y no pudimos quedar más satisfechos.
Valoración final de Sheiko Eibar.
Tras terminar la botella de Neiss Riesling (muy grata sorpresa encontrar Riesling en esta zona) y tomar un café calentito, volvimos a casa. Salimos con muy buen sabor de boca de nuestra visita a este restaurante, donde disfrutamos de algunos de los sabores que más nos gustan de la cocina asiática fusionados con otros de por aquí cerca.
Una excelente combinación de cocinas, que junto a la ejecución, amabilidad del personal y lo agradable del local hacen de Sheiko un lugar único en esta zona del País Vasco. Mis felicitaciones al proyecto Sushi Gallery y decir que nos volveremos a ver pronto en alguno de sus restaurantes.