Hago un paréntesis en mi parón veraniego para aconsejarte sobre los tipos de vino que podemos encontrar para endulzar nuestras recetas. Conocemos bien el papel que juega el vino en el maridaje de los platos, pero ¿sabes de su importancia cocinando?
En este artículo te cuento algunas pautas al respecto, que te resultarán muy útiles en tus platos. Así que, vete a tu vinoteca o tienda de vinos online favorita y hazte con algunas botellas, ¡que empezamos!
Hace tiempo que hablamos de los tipos de vino que hay en España y sus principales características diferenciadoras. Pero esos artículos se centraban más en el vino como bebida. Hoy, vamos a ir más allá y conoceremos algunas recomendaciones para cocinar con vino y algunos de los platos más típicos.
Tipos de vino para cocinar.
Los tipos de vino que se usan en la cocina no difieren mucho de los que conocemos para beber. Se usan principalmente los blancos, tintos y dulces para aportar sabor y aroma a nuestras recetas más típicas. Quizá el vino rosado es el que, de momento, tiene menos presencia en los fogones de nuestros cocineros.
Según el tipo de plato que estés pensando cocinar, hay variedades de vino que potenciarán su sabor hasta convertirlo en un manjar. Vamos a conocerlos.
Vinos dulces: Pedro Ximénez.
Uno de los principales activos vinícolas en la cocina es el archiconocido Pedro Ximénez. Este vino internacionalmente conocido es de una variedad de uva dulce y proviene principalmente de la D.O. Montilla Moriles. El dulzor que posee esta uva lo convierte en la selección perfecta para ciertos productos que carecen de él, o que simplemente mejoran su sabor con esta caracaterística.
Al ser un vino dulce, tendemos a pensar que su uso principal será en los postres, pero donde realmente destaca es en salsas para platos de carne. Recetas como las carrilleras con reducción de Pedro Ximénez o el solomillo en salsa de este tipo de vino no tienen igual.
Como decía también es bueno en postres, jugando un papel muy importante en repostería y heladería.
Tipos de vinos tintos: jóvenes y viejos.
El vino tinto no puede faltar en cualquier buena cocina que se precie. Su potencia de sabor y su aroma pueden elevar el resultado final de un guiso hasta límites insospechados. Normalmente, este tipo de vinos se usan solo en platos de carne, pero hoy en día podemos encontrar vinos jóvenes que nos pueden encajar también en platos de pasta o verduras.
Los vinos más viejos, por sus características, son los que tenemos que usar para dar sabor en guisos de cocción lenta, como nuestra ternera guisada o el famoso Boeuf Bourguignon francés. En este tipo de platos, cuanto más tiempo repose el vino con el resto de ingredientes, más intenso y bueno será su sabor.
Vinos blancos: secos y dulces.
Terminamos este artículo con los vinos blancos secos y dulces. La mayoría de los vinos blancos se usan en platos de pescado y marisco, donde encajan perfectamente y ofrecen un extra de sabor sin restar al ingrediente principal. Pero también es cierto, que un vino blanco seco es imprescindible en algunas recetas de arroz, como el risotto.
Normalmente, todos los tipos de vino se añaden a la receta y se dejan reducir hasta equilibrar el sabor y aroma de todos los elementos. Por eso, es importante que pruebes lo que estás cocinando y que no te pases añadiendo cantidades de vino. Si nos pasamos, el sabor puede ser demasiado alcohólico y arruinar nuestro plato. Si esto sucede, tendremos que reducir más y puede que también nos pasemos en el punto de cocción de lo que estamos preparando. Por tanto, mi recomendación es añadir cantidades más pequeñas y rectificar al alza si fuese necesario.
Espero que este artículo te sea útil y que pruebes algunas de estas recetas con vino. ¡Hasta la próxima!